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sábado, 16 de octubre de 2010

Poemario El 7º Creador.

Colores en versos quiero.
Lunes, 13 de septiembre de 2010

En esta pagina en blanco,

Colores en versos quiero.

Irizar en mares azules.

Y aventurarme sin ser un héroe.



Latidos de rocas resaltan

El rojo punzante de tus venas.

Y la sangre en velas salpican,

Donde dejas tus cadenas.



El profundo verde oculta

La ciudad Atlántica.

En un obsceno obscuro,

Muro negro sin salidas.



Tu alma amarilla,

Amanece cubiertas de escamas

Y se plasma en adheridas

Arenas y cristales traslucidas.



Sepultan la isla de un lunático

El morado humo volcánico.

Ruptura de las agonías.

Colores en versos quiero,

En arcos de ironías.




Recuerdos de guardería.
Lunes, 06 de septiembre de 2010 a las 16:14

Dulce mañana me despierta mi mamá.

Y me dice: te bañare, vestiré y prepararé tu desayuno.

Hoy te esperan en un busito amarillo.

Que esta en el edificio de la Lotería.

Para que te lleven a la guardería.



Con ternuras de niño y muestras de sueño,

Obedecía al amor incondicional de inocente hijo.

Recuerdo, aquel busito amarillo y lloraba a gritos.

Por que no quería separarme de mi mamá.

Ella con besos y abrazos me consolaba.



En el busito, cantaban la canción de "Mi escuelita"

El sol y el viento con nosotros se divertían y reían.

Al llegar a la guardería la maestra decía:

¡Hora de bajarnos todos, hagan filas!

Mis compañeros al santiamén, recogían su loncherita.

Siempre saludaba, como niño amoroso a la rubia niña.

Y ella me decía: ¡Hola Roycito, como te ha ido!

Callado y sonrojado me cohibía.



Son recuerdos de mi primera guardería.

Sillas pequeñas de madera, mesitas rayadas,

Colchas para la hora de la siesta,

Papeles en blanco con siluetas y figuras,

Para colorearlas aunque me saliera de las líneas.

Cuentos para dormir, largos y cortos, juegos y canciones.

Nunca olvido a todos mis compañeritos,

Que jugaban en el parquecito,

Donde tenia mi lugar favorito.



A las maestras siempre cariñosas regalando galletas.

Recuerdo las temperas, azulejos sucios llenos de goma.

Loncheras, jugos, manzanas rojas y verdes para la maestra.

Termos vacíos y emparedados pegados a la servilleta.

La hora del almuerzo, donde en ocasiones,

Me quedaba de último, porque odiaba la comida.



Recuerdo los lunes y días al canto a la bandera,

Siempre mirando hacia arriba a la tricolor.

Lápices de colores rotos debajo de las sillas,

Por que unos niños rivales causaron rencillas.

Tal vez eran crayones dejados por un niño

Que los perdió o los olvido otra vez.

O porque ya no le gustaba, usados, desgastados y sin nombre.



Aquellas fiestas de disfraces, los globos, piñatas, confites y pastillas.

La vergüenza que me dio cuando me vistieron con montuno.

Los juegos a carreras en sacos y mi disfraz de payaso.

A todos los recuerdos de mi guardería les doy mi abrazo.

Hasta los colores, el amarillo, el naranja, el rojo y azul

Eran los emblemas que guarde en mi corazón.

Y en el rincón de mis memorias de bellos días.

Mis recuerdos de guardería en un salón.



Carta de un condenado.
Lunes, 06 de septiembre de 2010 a las 16:19

No quiero jamás volver a este misero lugar, sin libres radicales.

Todos me miran como el que morirá otra vez, en una tumba sin nombre.

Todos se tuercen y se quiebran, destinados en la profecía del hombre.

Desquebrajándose en mentiras y desordenes mentales.



No quiero jamás volver a este mismo cuerpo.

La sangre brota y se vierte bajo mis parpados.

No tengo cicatrices en la piel, pero si gusanos de fuego cosidos.

El árbol de cristal ruge dejando caer sus hojas cortantes al gélido viento.

No quiero renacer en el nuevo mundo, ni ser justificado en el reino de los cielos.



Este hogar no será eterno, me espera el juicio final de los tiempos.

Un lago de azufre infinito retuerce hasta la nada las almas perdidas.

Mientras cánticos se escuchan de aquellos que fueron nuestras victimas.

Retorcerme en la cámara de las torturas sacia la venganza de un Creador.

Levantándome como criatura desde el regazo para ser esclavo de otro esclavo.



Aquí las plegarias de mi sangre a los santos muertos son en vano.

Por que sus huesos roídos me abrigan y gritan vergüenzas.

Son los últimos vestigios, aduladores, mentirosos al hombre mortal.

Esbirros ponzoñosos que disfrutan la frialdad de su dueño, falsas mies.

El engañador engaña, rostro de mujer divina, estrellas partidas a sus pies.



Tengo mil caras y no recuerdo mi nombre y mis pecados.

Estacas giratorias veloces atraviesan memorias a la deriva.

Un mar de cuerpos fragmentados, la mano maneja el látigo castigador.

No querrás estar aquí conmigo, para ti tengo un secreto revelador.

Cualquier cárcel eterna no dejaría rastros de humanidad, ni la del infierno.



En mis noches y quimeros.
Lunes, 06 de septiembre de 2010 a las 16:20

En mis noches, pensé en ti, tras la negrura.

Ayer dormí en cada latido sin corazón pudiente.

La impotencia de mis noches, en sueños efímeros.

No podré tenerte, si no logro apartar la espesura.

Tu magia ancestral sedujo al sol naciente.



En mis lastimeras noches, para ti, soñé encontrar zafiros.

Pero desperté, surcando un sueño sin ti, tu mi fuente.

Calabozos obscuros bajo mis sabanas como soldadura.

En mis dolorosas noches, te busqué entre quimeros.

Lívidas imágenes oníricas se pulen en un diamante crujiente.




Quiero.
Martes, 31 de agosto de 2010 a las 13:51

Quiero ser esa voz roja silenciosa, dejado en el olvido.

Quiero encontrar delirios revolcados y perdidos.



Quiero esconderme bajo tus alas amplias como la noche.

Quiero lucirme azulado, asustado por el inmenso derroche.



Quiero darte hasta mi alma, si me dejas tocar la tuya.

Quiero arrancarme el emblema hasta que se escabulla.



Quiero soltarme el horizonte. Quiero ser la vértebra quebrarse.

Quiero hondonar las esquirlas salvajes, usurparlas al atravesarse.



Quiero atravesar las sombras y vivir en un espejo.

Quiero ser el jinete apocalíptico con el corcel bermejo.




La cascada sedienta en el olvido.
Lunes, 30 de agosto de 2010 a las 15:03

Viajemos a los abandonados escondrijos.

Un niño encontró la llave,

De verde cuarzo es la clave.

Dibujemos aventuras infinitas que surquen destinos.

Icemos banderas y emblemas para nuestra tribu.

Y volemos a la cascada sedienta en el olvido.



Fragmentos sin manchas.
el El Lunes, 30 de agosto de 2010 a las 15:00

Dame una lágrima para sembrarla en lugares desérticos.

Así morirá la nada y el deseo inaudible sometido.

¡Vuelve a la vida anhelo perdido!

¿Donde hallaremos lágrimas cristalinas?

¡Si dejó de existir el lugar santo!



Dame como frutos un indecible llanto.

Rastros de falsas profecías.

Que se fermenten en sangre y cicuta.

Entre abono y semillas,

Penetradas en las cuencas

De tus ojos, como tierra húmeda.



Diezman fragmentos sin manchas,

Acariciando el rostro del hijo de la ira.

Que jamás tocaras con manos limpias.




Sombras paralelas.
Viernes, 27 de agosto de 2010 a las 20:19

Sombras paralelas, se pasean de cerca,

En tu iris cerrado, sobre tu mano arpía.

Un campanario grita la gloriosa victoria.

Son oleadas de lunas crecientes en la meca.



Serena las emanaciones teñidas.

De brillantes escamas pulidas.

Grueso interior cálido, lomo apaciguado coraje.

Exquisita la formula de palabras y frases.

Exploradas y fusionadas en un solo brebaje.

Resucitando viajes y acabadas inspiraciones.



Determinándole un certero fin.

Que pronto se ha de lucir.

Agudiza la lectura del viejo poeta miope.

Como cuando joven que era popular y torpe.

Cultura y costumbre es leer un sabio libro con vela.



Sombras paralelas, infinitas filas leen los tuertos.

Absorbiendo conocimientos, olvidados por los muertos.

Proyectaron sus sombras ajenas sin parejas.

Amoldadas son, como el águila que vuela

Con alas abiertas con sus sombras paralelas.




Reflejos gemelos.
Viernes, 27 de agosto de 2010 a las 16:25

Fui poeta, en el pasado.

Y al reflejo del espejo.

Que en la tierra ígnea, creado.

Una fantasía paralela recordé,

Entre mis sueños desperté.

Izado en mil rebujos.



Soy ahora un poeta galán.

Soy de nuevo un poeta jovial.

Desenrede las entrañas,

Que crecieron en el Álamo,

Cuya madera blanca templada

Me vistieron toda el alma.



Entre los grandes poetas,

Soy el más pequeño.

Y entre los mas pequeños,

Tengo el espíritu inmenso.



Soy un Lorca,

Un caballero templario.

Sin ocultas religiones.

Sin tradiciones paganas.

Con mi única fe,

Quien me engaña.



Camine rumbo al espejo.

Me lanze al revés, un aire pesado.

Me adentro al paralelo mundo.

Y me encontré con mi gemelo.



Soy un poeta jovial.

Cansado de caminar,

Por las sendas de las pruebas.

¡Déjenme descansar!



Soy un poeta galán.

Sentado en mi fiel Partizán.

Es mi caballo alado.

Es mi fantasía final.




¡Con las manos limpias!
Viernes, 27 de agosto de 2010 a las 13:53

¡Que injusticia!

Inocente me declaro.

Y el rencor suicida.

Realza lo contrario.

Y caigo en la sin salida.



¡Con las manos limpias!



¡Que injusticia!

Culpable ante los ojos de un juzgado.

Verdugos apuñalan mi libertad con risas.

He sido de por vida condenado,

En un vacío triste de mi conciencia.



¡Con las manos limpias!



¡Que injusticia!

El de un tirano culpable,

De un pueblo empobrecido.

Y a la hora de ser juzgado

Lo absuelven por envejecido.



¡Con las manos limpias!



¡Que injusticia!

Para un santo.

Que fue ahorcado.

A la hora sexta.

Y fue atado.

Desde las muñecas

Hasta la cintura.



¡Con las manos limpias!



¡Se hará justicia!

La paz que se anhela,

En el mundo por corazones

De niños inocentes.

Por culpa nuestras guerras.



¡Con las manos limpias!







Tierno Suspiro.
jueves, 26 de agosto de 2010 a las 12:58

Los ojos de la muerte.

Brillaban y entrelazaban.

Sus espesos tentáculos.

A mi alrededor.



Grilletes de suspiros.

Acariciando las ternuras.

Que meditaban.

En un adiós.

En un amor.

Que no nació.



Tal vez, solo tal vez.

Un día.

En la noche.

En la tarde.

Seguiré caminando

Por este paso,

Con este letargo

Desperdiciado.



Ceder antes de agonizar.
miércoles, 25 de agosto de 2010 a las 15:37

Ceder antes de agonizar.

Recrudece después que la ira,

Queme la piel, como al papel.

Voces descienden al destronar.



Al filo de la esperanza ciega.

Se acerca el final mortal.

Con tu rostro de niña virgen.

Consuelas aquellas agonías disolutas.



Mortajas y sedimentos.

Envuelven mis palabras,

Diluyendose en tus fibromas.

Han triunfado, baladros portentos.



Cede la agonía de tu vientre.

Destruye su fruto y su fuente.

Antes de que nazca el hijo de la ira.

Víctima descarriada, su temor destila.



Montes arden apagandose, consumidos

En sepulturas sin nombres, aun no dormidos.

Esfera celeste, caminante de horizontes equilibrados,

En un sable sin filo, abismo donde nací en pedazos.



La semilla de la muerte da vida

A las sombras que emergen sin fin

A la luz, sudorosa, de una luna gris.

Una gota negra recorre su salida.



Inundame, ajeno a tus lujurias.

Desatame, disperso en agonías.

Aniquilame, vuela para no volver a caminar.

Ciñeme de nostalgias, somos ilusas fantasías.



Alcanzame, ritornelos apasionados han de terminar.

Leeme como aun libro cerrado, dotado de emblemas.

¡Ermitaño, pule tu solitario caparazón!

¡Soledad, imprime tu arbitrariedad!

Ámame, forja y clava semillas sangrantes

En mi reloj, cosiendo manecillas palpitantes.



Hazme una cicatriz,

Que solo pueda dolerme,

En mis pesadillas.

Aislado con quimeras.

Cede la ira antes de fluir

En pilares hirvientes.



Ceder antes de agonizar.

Dejare el ultimo consuelo,

Aminorando el aliento.

El exilio juzgo el fruto,

Encarcelado, abandonado.

Carcomido y pulverizado.




Amor de Hilos.
miércoles, 15 de septiembre de 2010 a las 19:28

Amor de hilos.

Amor de suspiros.

Seca la mano,

En el antaño.



Amor al delirio,

Amor de exterminio.

Vientres sollozando ternuras.

Palideciendo con asperas pesuras.



Jamás las olas se dejan atrás en nuestros corazones perplejos.

¡Oh ámame! Ámame y dejare de sangrar el aliento retenido.

Hado recítado por? caricias en mi piel y floresera en gratos olores.

Amor, inquiero un toque de tus labios al despertar, algo vivido.

Nunca saciare tu tierra virgen, entregándome en mil pedazos.

Anhelo tus baos de rosas y retornas al encuentro, días y noches.



Olvidemos que ha amanecido.

Desmesurado las esquinas.

Atormentados por gemidos.

Al roce de soplos de los dedos.

Propensos a las caricias sudorosas.



Amor de hilos.

De seda y pabilo.

Cada enredadera tiene su higuera.

Desconosiendo su blanca lana.

No sangran sus raíces.

El blanco de esta hoja,

El rojo resalta su origen.



Hoja, tallos viriles y nidos.

Las rosas sin espinas.

Verdes gusanos tienen.

Amores de hilos finos.

Las copas de vinos,

Embriagan amores unidos

Seduciendo al ingenuo niño.

Es un secreto de pactos y anillos.



Amor de hilos.

Entrelazan la mayor

Declaración de amor

A una mujer, es aquella

Que no se dijo, por aquel

Joven iluso que guarda

Su sentir, es por que es

Propenso para amar

Eternamente en el silencio.



Llevando a cuestas su virgen piel.

Donde los otros amores de hiel.

Renuncian al amor sin descuidos.

Esto es un amor de escritos desconocidos.



Autor: El CaminanTe.




Soles en eterno desierto.
Martes, 24 de agosto de 2010 a las 13:25

Acorralado, dispongo de agua salada

Que emergen de mi frente talada.

Acorralado, sediento de agonías

Pasadas de vidas aniquiladas.



Soles en eterno desierto, envuelven el día

Y la noche en un solo suspiro seco arenoso.

Soles y desiertos, desterrado

Y amargado, desolado en lejanías.



He amado el intenso frío excandesido,

Por el toque de tus dedos,

En un instante por mi espina dorsal.

He odiado tus besos calidos que suturaron

Heridas sobre heridas que se volvieron sal.



Déjame volver a caminar,

La noche me alcanza

Y no me deja correr.

Déjame volar, el día me detiene

Para ver el amanecer.

Llovera polvo de estrellas en el desierto.

Las calaveras sonreirán bajo el bólido

Crujiente que mengua sombras en los oasis.




Descarriada Oveja Negra
Martes, 13 de julio de 2010 a las 15:14

No tengo el don para sanar
pero si tengo el don para perdonar
olvidando a todos en el eterno olvido
sediento de paz y amor.
desconsolado y perdido.

Buscare un escondrijo
donde no puedan hallarme
para que no gruñan las verdades
y realidades que vivo a diario.
La ira acumulada he de vomitar
en las sienes y rostros de los
desprecios indeseados.

No ahí besos, ni abrazos,
ni felicitaciones, no existe el amor
vano que me consuela.
No podrán opacar el desaliento,
la soledad, la infelicidad,
la ira, el rencor, el perfecto odio,
a los recuerdos, mentiras verdaderas,
desgarrándome con sus quejas.

No justificare algo que no quieran escuchar,
tampoco los escuchare.
Aunque nunca los escuche.
He guardado mi silencio por mucho tiempo
y estas por mucho mas.
No intentare persuadirlos de todas
formas hallaran palabras vanas
para contradecirme en mi defensa.
Palabras engañosas a mis oídos,
ninguna verdad se a dicho.

El que vive su vida tiene su perspectiva,
caerás y te levantaras.
¿Que fracaso se ha convertido en éxito?
Todos los fracasos se vuelven éxitos.
No quiero mirarles a los ojos, sin excepciones.
Por el bien de aquellos que aun
no se cansan de mi presencia,
les doy el mejor consejo.
Apártense, considérenme sepultado
como aquel anhelo que enterré en mis poemas.
Como si hubieran pasado milenios bajo tierra.

He sido el primero en hastiarme
de los ataques a mi fe y visión de éxito.
Dejen de empujar el hecho asía su fin,
que producen lo contrario,
eso es lo que no ven sus ojos, ciegos de fe.

Ultimátum, es mi firma en palabras.
Es mi ultima lucha.
No pienso restregarles
mis verdades y mis éxitos.
Dolerá mas cuando traguen palabras y
no halla vía de escapatoria
para desahuciar mis éxitos futuros.

Los veré de lejos y me verán igual.
Los guardare donde mi corazón rompió
el ultimo pedazo de memorias felices.
Les declaro el amor que queda para ustedes
su descarriada oveja negra.




Hierve una vez más la ira.
Domingo, 02 de mayo de 2010 a las 14:15

Hierve mi sangre, sentado en la sima de reyes caídos.
Caribúes libres vagan al viento calmado, a mí norte.
Hierve mi interior y demonios vivos desposeídos.

Hierve la ira, en mi frente sangrante.
Águilas ciegas talan copas de vino tinto.
Cadenas rotas iracundas eran mi rito.

Hierve el fruto y una vez mas la ira es ardiente.
El perdón y el pecado son el hibrido
De una mentira con la verdad.
Es la razón que hierve mi ser corrido,
Peleando por la libre libertad.

Hierve el grito de mis ojos en noches
Estrelladas de gemidos inaudibles.
Me carcome el vacío hirviente,
Aplacando los dolores invisibles.
No mires a mis ojos con tus reproches.

Hierve el amor tácito libre
En nudillos incondicionales.
Una fuerza exterior abre
Estas emociones terrenales.

Al final de cada camino pedregoso, nulos,
Encontrare la roca en el río petrificado
De corrientes y llantos purificados.
Aunque hiervan sombríos delirios pasados.
Dejare atrás la ira injusta en hirvientes nudos.




Nidos solitarios.
miércoles, 28 de abril de 2010 a las 19:04

Nidos solitarios se desmenuzan,
Hilo tras hilo.
Niños solitarios crecen,
Con un amor platónico,
Año tras año.

Hombres mueren en guerras vanas.
Por millares y los recuerdan como héroes.
Por estadísticas y conteos en vano.

Mujeres dan a luz y pocos expiran sin nombre,
Sin padre, sin conocer la mirada de su madre,
Sin ver el sol, sin tener su primer amor
No correspondido, sin decir adiós.

Un anciano es como un nido que hilo tras hilo
Se desmenuza su memoria.
Pero año tras año se vuelve más sabio.
Es como un niño recordando sus amores de juventud.
Es como un hombre que no dejo de ser héroe
Por salvar a su hermano o a cualquier extraño.

Un anciano nunca pierde la luz de sus ojos,
Hasta su último amanecer.




Exilio de mi exodo.
Martes, 13 de abril de 2010 a las 1:26

Esconderé misterios desordenados
en mis tormentos de memorias
vientos de sabiduría muerta.
Volvería a empezar todo lo caminado
si nunca hubiera cometido pecados.

Quiero volver a nacer en lunas crucificadas
caminar donde ni el sol de sombras.
Resbalarme en senderos perdidos
que me dejen desmembrado.

Doliente niño en su vejez consumado
vertiente de caída libre sin infinito en duelo.
Dulce dolor que carcome los rencores.
Libertad rasgada por centenares.

Gime si en tu vientre lleno de fibromas aun existo.
Solamente decidme que estoy vencido y perdido.

Sales a lucir cuajadas hendiduras
que brotan de tus ojos, no son puras.
Pudriéndose en palabras de odio y amor.
No me diluyas.

Solamente decidme que deje de existir,
y que vivo en tu cuarto plano
del eterno olvido.





Eterno olvido.
Lunes, 12 de abril de 2010 a las 9:18

¿Donde comencé a caminar?
Sin tus manos como guía
Y tus afectos como rapiña.
Mi fiebre no curabas,
Y a la sed materna, profanar,
Con tus baladros.

Olvide y perdone.
En los días de mi niñez
Tu semblante, tu vives.
Tu matriz y mi cerviz.
Lamente desgarrar mis ojos.
Uno por uno, solo son dos.
Perdone y olvide.

Te llore con uno ojo.
Fue porque te perdí.
En el eterno olvido.
Pero no te llore con el otro ojo.
Fue porque me libere de ti.
En el eterno olvido.

Olvide que eras el cielo que me nutría.
Dormí en la tierra que me cosechaba.
Arena de rencores y sal con desidia.
Me robaste la confianza invaluable.
Vegetaba en la sucia habitación deplorable.
Y la apariencia pueril dañina que denotaba.
Era de un indigente con un hogar cuarteado.
La pena y mas el dolor en si sembramos.

Perdimos nuestras cuerdas umbilicales.
Nos intentamos matar con ellas.
Nos ahogábamos con la matriz, íntima raíz.
Sangre de mis venas, sangre por los ojos.
En noches que no escucharon mis halagos.
Y gemidos que perduraron por días radicales.
Dejémosle vivir, cuando la boca llena de moscas,
No le dejen gritar, hijos de sordos y corazón en sellas.

Suplicante en tu penúltima edad, dando tumbos
A tu indigno pudridero, desconsuelo materno,
Pesara eternamente pesara, en tu vientre tres veces.
Pero solo uno dejara en el eterno olvido un perdón.




Secreto recóndito.
miércoles, 03 de marzo de 2010 a las 16:35

¿Dónde se esconde el tiempo?
He vuelto a ver en las lejanías
Mares de pensamientos y agonías.
¿Dónde dejaste tu semblante pálido?
Dibujado en manos poetas y nacido.

¿Dónde explota el tiempo?
Refleja tu misericordia durmiente
Marcando al corazón enamorado y doliente.
Minas de palabras no pisas, quieren explotar
De mi boca, por recelo a la verdad reventar.

¿Dónde duerme el tiempo?
Esconderé en los parpados el naciente sol.
Sepulcro rodeado de espinas y girasol.
¡Es un duelo sin rival, ni rebeldía!
Dime si interpretaras mis anales cada día.

¿Dónde medita el tiempo?
El secreto recóndito no revelo, sin mis huesos,
No medito al sonar de las voces huecas, sin credos.
Terminare mi historia despachando las alegorías.
No tengo tregua ni salida, el reloj medita sin manecillas.




El sueño del Creador.
miércoles, 24 de febrero de 2010 a las 20:37

¡Si algún día despertaras y sin mi tu no estarás!
¿Qué sería de todos?
Un sueño irreal, una idea pasajera, un sin fin de nada.
¿Qué serias tú?
El motor principal del todo y la nada.
Principio y fin, simulados en tu entorno acobijado.
¿Dónde nos guardas cuando te estremeces?
¿En la hora del bostezo aprietas o entreabres tus ojos?

Cuando la comezón inquieta
Comienza por la barbilla
Y termina en la mejilla.
El pudor con sudor no te aniquila
El soñar con el mundo que se mueve lento,
Lento y más lento, solo la humanidad en velo,
Se limita a controlar su entorno.

Duerme mejor duerme.
Que cuando llegue el día de tu despertar
No estaremos preparados,
Ni estaremos a tu lado.
Estaremos debajo del manto,
De tu seno, de tu almohada.

Tú creaste tu espejismo primero.
Luego a nosotros al tratar de despertar.
Y cuando la pesadilla termine,
Dejaremos de ser tan malos y tan buenos.
Y solo quedara una baba seca,
Consumada, en el cuello y en el suelo.


Autor: Roy Morales
24/2/2010





Eromistico.
Sábado, 03 de octubre de 2009 a las 17:17

Duerme en la inocensia de la esencia
cresiente de tus timidas aureolas,
tus pomulos se dilatan al asercarce
dulcemente al pistilo en celo que
tambien duerme al compas del silencio.




He deseado.
Lunes, 12 de julio de 2010 a las 10:05

He deseado fallecer.
He deseado dañarme.
Pero si me atrevo a lastimarme,
Mi alma puedo perder.

He deseado largarme,
Por siempre a la eternidad.
Para encontrar algún día esa paz.
Quiero descansar en eterna soledad.
Aun así, he deseado perderme.

He querido subyugarme,
Al control de mis deseos.
Apaciguar todo lo que he sufrido.
No hay persona alguna,
Que tenga la culpa.
De lo que he vivido.
Y yo no tengo la culpa
De lo mal que he existido.

He guardado en la profundidad mis anhelos.
Pues ninguno respira o se ha realizado.
Tengo miedo de perder lo que poseo
Prefiero tener amor y mucho consuelo.

He deseado viajar a la grandeza
De los ojos de Dios, en un bote sin velas,
Sin remos, ni donde flotar.
He deseado verlo solo una vez en vida,
Para agonizar con su rostro en mis ojos
Y el último pensamiento sea solo Él.


Autor: Roy Morales "El Caminante"





Alada voz.
miércoles, 14 de abril de 2010 a las 21:28

Cielos grises curtidos y embalsaman divinas tentaciones.
Pecados sellados por caminantes, expiran animales sapientes.

Perderé, perderé el sendero en donde duermen los búhos
Con su bosque petrificado en mares de gemidos mudos.

Dime, dime si volveré a caminar el océano de silencios.
Ayúdame a no perderme y bajar a los paraísos tibios.

Alada voz impregnada de truenos, tiemblas el cimiento mortal.
Virtud redentora aplacas la perdición y la muerte inmortal.

Buscaré y alcanzaré la gran Roca,
Y tallare sellando en el mi boca.

Alada voz, rebozando de rapsodias, adopta un etéreo caparazón.
Renaciendo y surcando libertades, reformando hombres de barro.
Una mano templada en la meca, del trono marfil, rompe el tazón.
Restos se funden una copa revestida de luz, justicia de Armagedón.

Mano templada y voz alada, símbolos níveos del principio.
Abrirán las puertas nacaradas de piedras admirables y silicio.

Coronaré y subiré, me guiaran los níveos, mano templada.
Contemplaré y escucharé, me guiaran los símbolos, voz alada.

jueves, 7 de octubre de 2010

Capítulo 5: El viaje de los pequeños héroes.


El viaje de los pequeños héroes

Se encontraban dando vueltas y vueltas en un espiral que no se sabía si bajaban o subían, pero nuestros pequeños héroes no despertaban aun. Aarón y Alannys estaban dentro de una especie de gusano en espiral de mil colores que se revolvían y parecían estar a una velocidad vertiginosa y a la vez lenta. Pero Alannys fue la primera en abrir los ojos y contemplar semejante sueño onírico desconocido sin tener que soñar.
 
-          Despierta Aarón, Aarón despierta.

Alannys intentaba despertar a su hermano, pero lo que no sabía es que si lo despertaba en ese momento podrían caer en cualquier parte del universo exterior pero Alannys desistió y prefirió abrazar a su hermano a ver qué pasaba. Comenzó a tener algo de frio y noto que no tenia ropa y que su hermano tampoco pero a la vez no estaban desnudos tenía como una especia de tela transparente blanca muy pegada a la piel de los dos Alannys no intento quitársela por le pareció cómoda y siguió abrazando a su hermano. Cuando Alannys cerró los ojos por un momento sintió que algo los jalaba con mayor fuerza y sintió miedo de estrellarse con algo.

Casi treinta segundos después escucho un fuerte estallido y todo estaba quieto como si nada hubiera ocurrido. Aarón seguía dormido y Alannys no abría sus ojos para nada pero estaba despierta. A lo lejos unos seres pequeños veían que desde el suelo se levantaba un haz de luz que asemejaba una linterna enorme que alumbraba el cielo. Alannys aun no abría los ojos y los apretaba por miedo a que algo malo le pasara a su hermano cuando escucho la voz de su hermano decir – ¡Alannys despierta por favor! Creo que estamos perdidos la tormenta nos lanzo lejos, eso creo.

Continuará...

Capítulo 4: Recuerdos olvidados.


Recuerdos olvidados


Cristian se había decidido por completo en hacerle caso a su esposa de viajar a un lugar poco romántico ya que su esposa estaba en estado de espera de un niño. Cristian no lo ignoraba pero su esposa no lo quería saber por tradición de madre a hija, pero Cristian estaba completamente seguro de era un niño, y lo describía de tal forma como si lo hubiera visto en persona. Pero Cristian lo empezó a decir después del viaje a Melbourne, Australia.
Fue algo que en cierta forma cambio la manera de ser de Cristian en los siguientes años Cristian empleaba más tiempo para su familia que para su carrera profesional de arquitecto. Ruth pensó que se había casado con el típico hombre como su padre que solo tenía tiempo para el trabajo con la escusa de que era para sostener a la familia.
Cuando llego el día de ir a viajar a Melbourne, Ruth había olvidado las medicinas para el mareo que no causaban ningún daño a una embarazada eran naturales de jengibre de ahí el gusto por el jengibre de Alannys ya que Ruth siempre los consumía como pastillas de menta, porque en realidad tenían ese sabor efervescente que la tranquilizaban. En el avión el que más se ponía nervioso era Cristian, él prefería viajar en crucero pero sabía que tomaría días llegar, asique no tuvo más alternativa que viajar en avión.
Al llegar al aeropuerto todo transcurría normal, estaba amaneciendo aun pero los rayos solares ya se veían de golpe a la cara, Cristian busco las valijas en el área donde la banda sin fin esparcía toda clase de maletas, mientras Ruth dormía otra siesta en las sillas del aeropuerto, el lugar no estaba lleno, pero se notaba que las personas iban y venían muy apuradas.
Al salir del aeropuerto llamaron a un taxista que no les hiso caso ya que se estaba tomando un descanso con su taza de café bien cargado, Cristian algo irritado le grita algo en ingles pero el taxista no comprendía que decía y siguió ignorándolo. Pero en el momento más oportuno un señor pasaba lentamente por quinta vez buscando a alguien, cuando se detiene en ese momento bajando la ventana del conductor ya que en esos países los carros tienen el volante del lado del pasajero.
El señor les pregunta en un claro español si querían bote, pero Cristian asimilando las cosas de una manera diferente no comprendió que le estaba ofreciendo un aventón pero con una frase que Cristian ya había escuchado con anterioridad respondiendo que ya tenía uno en casa. El señor se echa a reír levemente diciéndole de nuevo pero aun más claro que si querían que los ayudara con las maletas y llevarlos al hotel en que se hospedarían. En ese momento Cristian comprendió todo pero a la vez hiso un gesto de que había olvidado algo en Panamá, las reservaciones del hotel, se les habían quedado en la mesa de la casa. Cristian se disculpo con el señor y le dijo que sería de gran ayuda llevarlos a un hotel que fuera muy barato, el señor solo contesto – Bueno en ese caso los llevare al mío.
Cristian quedo aun mas confundido cuando el señor le explica que tenía un pequeño hotel junto a un lago artificial, de manera que Cristian sin dudarlo cargo las maletas y las valijas en el maletero del auto y se subió con su esposa Ruth que sin opinar nada se durmió por segunda vez en los asientos de cuero que estaban atrás del auto.
Cristian se monta del lado izquierdo que era del pasajero del auto, cuando el señor le extiende la mano y se presenta diciendo su nombre – Joven permítame presentarme mi nombre es Azarías Leónidas Sanjur.
Cristian le contesta algo sorprendido por semejante cabellera que tenía el señor, era blanco y largo amarrado con una cola de caballo, sus ojos eran verdes y aparentaba una edad bastante avanzada pero con una mirada que todo lo sabía, sus manos tenían la uñas más largas pero moderadas que Cristian jamás había visto.
Cristian se presentó ante el saludo del señor confiando en él sin saber porque. – Mucho gusto señor, me llamo Cristian.
El señor le contesta que si ese era su único nombre refiriéndose a que si tenía apellidos de padre y madre. Cristian apenado sabiendo que es de buena educación decir su nombre completo le dijo –Así lo siento, discúlpeme es que me sorprendió su cabellera, quisiera llegar a viejo con tanto cabello, no digo que usted sea viejo pero usted parece tener mucha energía…
Cristian prefirió callarse porque pensó que fue grosero y abriendo la puerta se dispuso a salir y buscar las maletas cuando escucha una fuerte risa del señor que por varios segundos tardo en recuperar el aliento, lo extraño es que no despertó a Ruth.
-          Para donde va joven no se incomode no me ha ofendido, es mas nunca me había reído tanto desde hace años, algo me decía que usted seria de buena compañía. Y bien cuál es su nombre completo Cristian.
-          ¿Mi nombre? Así me llamo Cristian Aarón Castillo De León.
-          Pues que casualidad mi Hotel se llama igual que sus apellidos paterno y materno, bueno hace años se llamaba así originalmente se lo cambie por razones de estética al nombre, entiende, estética al nombre.

El señor Azarías intentaba hacerlo reír también de una manera improvisada pero después de un silencio no logro su objetivo.

-           La verdad es que usted hecha mejores chistes que yo.
-          Ja, ja, ja, ja, ja.

Los dos se echaron a reír al unisonó, pero después hicieron un gesto de silencio para no despertar a Ruth. La esposa de Cristian ni se movía de su lugar estaba tan cómoda que envidiaba a cualquiera que no tuviera sueño aun.

-          Espere un momento Señor Azarías usted solo me dijo su apellido paterno.
-          Si, así es, mi padre me crio solo desde que nací.
-          Así que Leónidas es su segundo nombre, parece apellido.
-          ¿Cómo dedujo que era mi segundo nombre?
-          Tenía un amigo en la universidad de arquitectura que se llamaba así. Le decíamos Leo.
-          Bueno en ese caso, quiero que sepa que así es como me dicen mis amigos.

Cristian se sentía cómodo con el señor Azarías que ahora llamaremos Leo. Iban de camino al hotel que para sorpresa de Cristian se llamaba Hotel Imperial Veridiam, un nombre algo pomposo para un hotel modesto y con fachas de cabañas y estilo campamento de boy scout. La entrada era grande con un letrero de Bienvenido a mi Reino. El Señor Leo le explico que antes era un campamento para niños llamado El Castillo del León Rugiente. Cristian se dejo impresionar fácilmente ya que pensó que realmente no era muy parecido a sus apellidos solo se mencionaban sus apellidos.

El Señor Leo les enseño que el lugar era casualmente cómodo, lo curioso es que no había otros inquilinos o personas que trabajaran en el hotel, solo ellos tres, Cristian, Ruth embarazada y el dueño del extraño hotel. Las cabañas aun tenían al costado de la entrada junto a la puerta figuras de animales y números incrustados en las puertas en forma de árboles con ramas retorcidas y algo frondosas. En el supuesto lobby principal que era una oficina sin puerta pero con una cortina de colgantes de semillas de pino originales. El Señor Leo ase un ademan de que esperaran un minuto afuera de la oficina.

Cuando los hiso pasar tenía un extraño sombrero de león con forma de peluche rugiendo.
-          Bienvenidos al Castillo del León Rugiente, digo al Hotel Imperial Veridiam.
-          Ja, ja, ja, ja, ja, ja.

A Ruth le pareció una broma de buen gusto y ella que siempre tiene un humor sano solo se tapaba la boca para no aparentar que se burlaba. A Cristian no le pareció gracioso solo algo excéntrico de parte de su nuevo amigo así que decidió seguirle la corriente.

-          Deme una habitación que tenga una cama redonda cubierta con piel de venado y que tenga un diseño con dos elefantes en la entrada. Que el baño tenga una bañera de mármol fino y que la regadera sea un mono colgado regando agua con su cola. La alfombra que sea roja como de terciopelo. Si tiene esa habitación me quedo.

El Señor Leo se le quedo mirando seriamente y prosiguió diciendo:
-          Mmmm, tengo lo que quiere en la habitación Imperial N° 7. Tenga la llave de la cabaña y del transporte que podrá usar para llevar sus maletas el transporte esta en el garaje de atrás, acompáñenme.

Y el Señor Leo imita un gesto japonés como reverencia de bienvenida y se le cae asía adelante el sombrero en forma de león tapándole la cara. El Señor Leo solo dice en murmullo sin que les escuche sus clientes únicos.

-          Esto es ridículo de mi parte pero es divertido.

Cristian en esta ocasión se ríe y Ruth tuvo que sentarse cerca de una silla en forma de jirafa agarrándose el vientre de tanto reírse. Cristian al darse cuenta de que ya le había dado las llaves de la reservación a la cabaña que decide preguntar cuánto era el costo. El Señor Leo le dijo que no era necesario él no quería cobrarles a sus nuevos amigos. Cristian se lo agradeció pensando que al final le pagaría aunque fuera con algo que representaría respeto para su nuevo amigo.

Fueron al garaje y al tratar de subir la compuerta eléctrica no funcionaba, Cristian se dio cuenta del problema inmediatamente y subió los interruptores de electricidad que estaba detrás del garaje. Cuando el garaje se abrió por completo vieron un extraño vehículo que estaba pintado con franjas de una cebra, era uno de esos vehículos para usarse en campos de golf. A Cristian ya le parecía gracioso todo cuando se subieron al vehículo pintado de cebra. Buscaron las maletas al auto que estaba al frente de la cabaña principal de la oficina donde se hospedaron Cristian y Ruth, el Señor Leo y Cristian como eran los únicos hombres que podía levantar cosas pesadas metieron las cinco maletas como pudieron en el pequeño maletero del vehículo.

-          ¿Por qué habré traído tantas maletas? Bueno la mía es solo la azul, las demás son de Ruth.
-          Es que traje cosas en caso de emergencia, en el maletín blanco con pececitos dibujados es un botiquín, el otro llevo linternas y comida en lata y lo demás es ropa mía.

Ruth contesta como si se tratara de algo importante pero los dos nuevos amigos se echan a reír.
El Señor Leo al terminar de poner cuatro maletas en el pequeño maletero del vehículo con la ayuda de Cristian, decide poner la maleta más grande, el botiquín de urgencias, como copiloto ya que el vehículo era para cuatro personas que se pudieran sentar cómodamente y como esos vehículos no tienen puerta la amarro a una varilla que sostenía el pequeño techito del vehículo.

Al llegar a la cabaña no se imaginaban el paisaje que les aguardaba vislumbrar, era fenomenal, el lago a unos pasos de la cabaña daban la sensación de estar en el lugar de sus sueños, aunque la pareja nunca imagino un hogar así juntos, se conformaban con un apartamento en la ciudad pero esto les cambio la idea de vivir en un lugar urbano. Cuando Cristian se bajo y llego a la entrada se extraño de ver dos pequeñas estatuas de cerámica con forma de elefantes sentados con la trompa al aire, de igual forma como se lo había imaginado, la puerta era verde y las ventanas tenía unas cortinas con un diseño de mazorcas de un color intenso, amarillas y naranjas. Cristian al abrir la puerta lentamente vio que la alfombra era roja como de terciopelo, esto ya le parecía familiar a lo que dijo hacia unos momentos en el supuesto lobby del hotel.
Al seguir entrando vio la habitación y la cama era redonda y estaba cubierta con un cubrecama que tenía un pelaje que reconoció de inmediato, era de venado de verdad. Cuando tocaba la piel de venado, recordó la regadera y el baño y corrió como un veloz guepardo al baño a ver si también era igual como él lo había dicho en broma. Para su sorpresa la regadera no era de un mono si no de un gorila con una banana que era la regadera. Cristian se echo a reír como por varios minutos mientras que ve a su esposa otra vez dormida pero en la cama redonda con piel de venado. El Señor Leo le dice – Esta sorprendido amigo Cristian, aquí ahí magia y se dará cuenta que le digo la verdad en todo. Bueno me despido aquí tiene esta cajita con lavanda ya que ahí alacranes y el olor a lavanda hace que las espante para que no entren.
Ruth que supuestamente estaba dormida grita – ¿alacranes, donde? Cristian y León vuelven a reírse a la par, mientras se despedía de sus nuevos huéspedes.  Bueno, al fin solo tú y yo, Ruth. Cristian se acuesta al lado de su esposa tranquilizándola con un beso diciéndole de que los alacranes no entraran y él la protegería aunque entrara alacranes del tamaño de un bus.
Esa misma noche, Cristian al ver que su esposa dormía, decidió pasearse por el lago por unos minutos hasta que le sintiera algo de sueño. Al llegar al lago, se fijo que la arena brillaba de un color azul cristalino,  le pareció que el lago fuera una pequeña playa de algún cuento de hadas. Las luciérnagas de aquel lugar le daban un toque mágico sin desperdicio, ya que Cristian se sentía como un niño recordando y pensando en las fantasías de cuando era un niño. Cuando en ese momento divisa un niebla que avanzaba rápidamente así él, pensó que tendría tiempo pero al voltearse y correr solo unos pasos se vio en medio de la niebla. Cristian no veía más allá de sus narices ni siquiera el lago que estaba a escasos pasos de él ya que caminaba por la orilla del lago antes de que lo abrazara por completo la niebla.

Cristian no se preocupo ya que pensó en caminar por la orilla de regreso viendo sus huellas como guías, pero al empezar caminar vio que el agua avanzaba también mojándole un poco más arriba de los talones. Pero en ese momento un frio lo cubrió al instante y el agua a sus pies se había congelado. Cristian no tardo en salirse de su trampa de hielo ya que era muy débil el hielo congelado que atraparon sus pies a nivel de sus tobillos pero prefirió dar varios pasos atrás para procurar que no se repitiera la escena.
Cristian sentía frio y no supo qué hacer, se limito a pensar en buscar un lugar caliente o algo con que quemar alguna rama y maldijo la veces que negó fumarse un cigarrillo recordando que sus amigos le habían advertido que podría encontrarse en una situación como esa que estaba viviendo. Pero Cristian no se dejo llevar por ese pensamiento por mucho tiempo, cuando vio que algo se movía a escasos metros de él pero dentro del lago.
Cristian pensó en correr pero como la curiosidad mata al gato congelado de frio, este caso a Cristian, quiso ver más cerca que era ya que veía era como unas sombras que estaban emanando mas frio, camino lentamente hasta el centro del lago cuando contemplo lo que eran realmente las sombras. Eran dos picos de hielos que surgían del suelo congelado del lago y en el centro estaban unidas por una bola de hielo y esta  a su parecían estar sostenida por hilos de hielo que salían de las dos columnas en forma de picos. Cristian miraba con más frio en sus huesos cuando empezó a brillar la bola de hielo de un color rojizo casi rosado, rayos rosados y blancos como de apariencia metálicos que provenían del centro de la bola de hielo la descongelaron como si fuera una flor abriéndose los pétalos.

Cristian casi sumergido en la niebla vio toda la escena de los rayos y la bola descongelándose. Miro más de cerca y dentro del descongelado y extraña esfera, con un agujero en medio como si fuera una boca con pétalos cristalizados, se dio cuenta que había algo mas al ver el objeto que estaba dentro de la bola casi descongelada, decidió meter la mano y sacar lo que estaba dentro no pensó en algún peligro pero decidido metió la mano en la esfera y saco un piedrecilla roja casi rosada que goteaba agua casi celeste por sí sola. Cristian se maravillo al ver semejante joya y pensó en regalársela a su esposa.
Cuando de repente sintió un temblor bajo sus pies, pensó lo peor pero la niebla se succiono así misma rápidamente y un rápido viento movió la niebla formando un remolino que se traslado hasta el cielo formando una cara de León blanco y rigiendo. En ese momento el suelo comenzó a crujir y a dividirse sin darle tiempo a Cristian de correr el suele sede y se lo traga al instante. Cristian no sentía frio más bien sueño y no le faltaba el aire durmiéndose bajo el agua.
Al día siguiente Cristian se despierta feliz y maravillado, despertando y diciéndole a su esposa la aventura que había vivido, pero en ese momento recordó que no debía decir nada más que eso. Su esposa le dijo que por que estaba tan empapado y porque tenía los pies llenos de arena, cuando se dio cuenta ni siquiera las zapatillas, se había quitado, ella pensó que estaba loco o algo parecido. Al rato Ruth no le tomo importancia pero Cristian se había metido al baño cantando una canción en un extraño idioma y en un extraño ritmo.
Ruth no sabía que había pasado con él últimamente le pareció que él tenía muchos cambios en la personalidad de Cristian pero esta vez fue algo radical. Cristian le había dicho que se quedaría por tres meses y que si era posible que su hijo naciera en Australia, Ruth aun se preocupo más, ya que realmente faltaba menos de dos meses para que el niño naciera. Y así fue Aarón nació en Australia el 23 de agosto. Cristian despreocupado regreso a Panamá y busco un nuevo empleo y consiguió que lo contratara una compañía de diseño grafico extranjera de un nombre peculiar para él, Kanguros Desing Grup.
Ya que no solamente tenía una sola carrera profesional para Cristian fue fácil conseguir con su óptima personalidad de realizar cualquier tipo de empleo que se le presentara en su camino. Cuando compraron la casa de sus sueños en Chiriquí, Volcán, en un terreno muy parecido al lago que visitaron en Australia, con la diferencia que sin lago por supuesto. Pero el paisaje era aun mas para Cristian mágico.

Ruth tenía la certeza de que en Australia algo le cambio el brillo de sus ojos de Cristian, hasta quedo sorprendida al ver que le había regalo algo que pensó sumamente costoso un collar de cuero negro con una piedra semipreciosa de cuarzo ágata. Ella sabía que esas cosas eran caras, pero que Cristian no se atrevía a comprar mucho menos para él mismo. Cuando Aarón tenía tres años Cristian le dio a su hijo la piedra con el collar de cuero, Ruth no lo usaba y no le importo que se lo diera a su hijo total Cristian lo usaba con más frecuencia que ella misma.
Cristian se la había dado un día que fueron a pescar y Aarón logro pescar un pequeño pez del tamaño de su mano pero Aarón estaba feliz y el mismo lo devolvió al agua poco después de que su mamá le tomara una foto como recuerdo.

Ruth noto la misma fascinación por la piedrecilla en Aarón como la que veía en su esposo. Cristian le decía a su hijo que era la llave para ir a un lugar fantástico sin límites de hacer lo que quisiera o de ver lo que quisiera aunque no se lo esperaba ver. Aarón escuchaba las historias de su papá siempre en las noches cuando era hora de ir a dormir, siempre a las 7 p.m. se dormía pero por media hora antes Cristian le contaba una y otra vez las cosas que el vivió en una aventura que él nunca pensó vivir pero que si imagino estar. Él quería volver a ver las cosas irreales que vio, las aventuras que en la realidad él no podría hacer, montarse y volar en un animal con gran fuerza, lleno de magia, sus pensamientos iban y venían con vivas imágenes de las cosas que había vivido pero que anhelaba volver a sentir, oler, ver y también fantasear como a la vez vivirla.

Cristian al ver que pasaban años sin poder volver a vivir otra aventura así, pensó en ir a visitar a su viejo amigo Leo pero recordó que poco antes de irse Leo le había dicho que esas tierras ya no eran de él.
Que debía abandonarlas y retirarse a otro lugar comenzar de nuevo ya que el lugar tenia años de no ser visitado por alguien, le explico que esas tierras las tubo que hipotecar para poder sostener por un tiempo más el campamento para los niños que la competencia de mejores campamentos lo habían arruinado que ya era tarde y que pronto ese lugar lo convertirían en un centro comercial o una fabrica.
Cristian decidió viajar de nuevo a Australia, al recordar las palabras de su viejo amigo lo hiso pensar por un instante en quedarse pero fue solo para buscarlo a su amigo y hablar con él y decirle que le gustaría tener tan siquiera una foto de ese campamento junto al lago.

Cristian fue solo y al llegar busco el campamento y para su sorpresa el lugar era un centro comercial gigantesco y habían varias pueblos alrededor cosa que no recordaba ya que el lago era el mismo que el recordaba. Fue así como pudo llegar al lugar por el nombre del lago artificial, pero le sorprendió que este no fuera artificial, más bien natural pero era idéntico al que él recordaba. Pregunto en varios lugares por su amigo Leo, pero nadie sabía nada de su amigo o de cómo era.
Luego pregunto desde cuando se había construido el centro comercial y alguien que aparentaba a ver nacido hacia noventa años le dijo que ya tenía con exactitud diez años de haberse construido cosa que le extraño a Cristian ya que hacia menos de cinco años que él había venido y pensó que estaba equivocado. Pregunto de nuevo pero esta vez a una señora gorda con una traje que parecía una toalla amarilla gigante y le dijo lo mismo que el anciano. Cristian confundido busco en un mapa que compro para turistas y busco el lago y vio que era el mismo estaba ahí, en el mismo lugar que él recordaba.

Cristian pensó que debió tomar fotos del lugar pero no llevo nada ni compro una cámara digital ya que lo disfruto tanto que no necesitó de guardar recuerdos digitalmente. Frustrado y confundido por no entender que había pasado decide volver al hotel donde se había hospedado. Cristian al llegar al cuarto del hotel saco la piedrecilla roja, y pensó que todo era una farsa que era un sueño que había soñado varias veces. Y recordó las palabras de su viejo amigo Leo – Esta sorprendido amigo Cristian, aquí ahí magia y se dará cuenta que le digo la verdad en todo. Cristian no lo dudo, pero pensó que solo funcionaria en aquel lugar que visito hace cuatro años atrás. Cristian sintió sueño cosa que no lo preocupo pero al ver la hora se dio cuenta de que era muy temprano así que pensó que era por el cambio de horario.
Decidió acostarse un rato mientras miraba la piedrecilla roja, cuando de repente le tocan a la puerta diciéndole –Buenas tardes. Servicio a la habitación.

Cristian se levanto de mala gana y abriendo la puerta dijo que no había pedido nada a la habitación cuando mira bien de quien se trataba de su amigo Leo. Cristian se quedo pasmado al ver su amigo aun igual de viejo como lo recordaba más que por verlo frente a frente. Leo le dijo recordándole las palabras que le dijo en aquel hotel junto al lago y Cristian trato de reaccionar y cuando por lo hiso lo invito a pasar al cuarto. Leo al entrar le pregunto cómo estaba su esposa y su hijo. Cristian le contesto que todos estaban bien que estaban en Panamá, que Aarón pronto entraría por primera vez a la escuela y que su esposa empezaría a trabajar con él en un proyecto de arquitectura ya que ella se especializaba en bienes raíces.

-          ¿Pero que hace aquí como sabes que estaba en este hotel y como me localizaste no lo entiendo como lo hiciste?
-          Fácil, soy dueño de este hotel. Cuando vi tu nombre en la lista de los hospedados cosa que tenía previsto desde hace tiempo, le dije a mi empleado que me avisara si un tal Cristian Aarón Castillo De León se hospedara y bueno aquí me tienes para servirle.
-          Lógico, es sumamente lógico y de mucha casualidad.
-          No es casualidad amigo mío. En esta vida nada es casualidad.
-          Pero dígame tengo una duda ¿El campamento lo vendió junto con el terreno y  el lago? ¿Dónde están ahora?
-          Dijo que era una duda y veo que son muchas. Le diré que el terreno del campamento desapareció por que construyeron una fábrica de autos para mí era mejor que le construyeran un centro comercial pero como esta del otro lado de la ciudad de Melbourne cerca de las colinas dude en que así fuera, el lago artificial lo usan como un basurero de metales y si se pregunta porque tenía el nombre del lago que está aquí, pues es simple me copie de ese nombre y se lo puse al lago aquel que usted visito en muchas ocasiones. Alguna otra duda amigo Cristian, prometo responderle como pueda.
-          Si, solo una ¿Tiene usted en su poder alguna foto de ese lago?
-          Sí, claro que si tengo muchas, pero todas las tengo en casa. Pero hay una que tengo enmarcado en mi oficina, si quieres acompañarme te enseñare otras cosas que te van a interesar mas.

Así Cristian y Leo fueron hasta la oficina principal por medio del elevador del hotel, Leo saco una llave corta ahuecada y la metió en una abertura que estaba en medio de los botones que indicaban los pisos de las habitaciones del hotel. Y abrió un pequeño panel que tenía un boto rojo grande y lo presionó el elevador no reacciono pero en menos de un segundo las puertas se abrieron atrás a sus espaldas.
-          Estamos en el piso numero menos cien, es decir que estamos bajo tierra, querido amigo Cristian.
-          Pero, pero, pero como es posible si apenas nos movimos.
-          Es posible amigo Cristian, solo piense que es posible.

Y sin ninguna explicación por parte de Leo, caminaron por una especia de cueva muy bien diseñada como si fuera tallada a mano, bajaron más escaleras y una era en espiral algo larga. Luego Cristian vio varias puertas diferentes y de tamaños diferentes. Leo giro bruscamente a la izquierda y luego a la derecha y Cristian se dio cuenta que ya no caminaba detrás de Leo más bien estaba en una especie de pasarela que se movía sola, ya no caminaban. La extraña sensación de ver que el piso lo llevaba en vez de caminar se detuvo justo en una puerta ancha y grande, casi no se veía la inmensidad de semejante puerta, Cristian se sintió de nuevo como en aquellas fantasías de cuando era un niño.

Leo se volteo y le dijo – Cristian te concedo esta oportunidad de ver la gloriosa puerta de la entrada del verdadero Reino Veridiam. Usa la llave que te di aquel día cuando el lago que congele con mi aliento rugiente.

Cristian no lo creía pero recordó sus aventuras pasadas en aquel lago hace cuatro años atrás. Recordó las veces que veía como se congelaba el lago y se trasladaba al reino de fantasías pero esta vez vio que era diferente la situación su amigo Leo le revelaba algo que nunca paso por su mente, su amigo Leo era el Elohim Azariahu el Rey León del Reino Veridiam.

Capítulo 3: El cumpleaños de Alannys.


El cumpleaños de Alannys

Cuando Alannys escucho a su madre gritar su nombre y el de Aarón pensó lo peor. No corrió pero se detuvo cerca de su mama aun regañando a Aarón. Ella no decía nada pero empezó a llorar de una manera silenciosa para no asustar a su mama, la niña aun estática no se atrevía a decir algo pensando que le quitarían la fiesta como castigo.
Ruth preparaba la fiesta de su hija, pero la niña no tenía muchas amigas, en la escuela la excluían las otras niñas decían que era una extraterrestre porque Alannys sufría de una enfermedad en los huesos y un problema de nacimiento le dejo atrofiado las caderas y los pies y no caminaba normalmente bien, usaba de esas botas ortopédicas que tenían esos gruesos cables que le hacían caminar casi normalmente.

Alannys lloraba mientras Ruth regañaba a Aarón, el solo se limito a callar y no contestar porque si lo hacia una gaznatada se ganaría si tan solo decía una silaba. Aarón se le queda miran a su hermana que estaba justo detrás de su mamá cuando Alannys reacciono solo agarro la mano de su mamá que también sostenía la cartera y cuando Ruth reconoció que era la mano de su hija se dio media vuelva sin verla y la abrazo diciéndole – Alannys no me vuelvas asustar así, no ves que me preocupas mucho cuando no estás cerca de mi ¡Ay hija mía te amo mucho, tesorito!
Aarón esperaba que le siguieran regañando, pero la mamá solo le hablaba a su hija, la agarro de la mano y se la llevo caminando, Alannys miraba para atrás para tratar de decirle a su hermano que viniera.
Aarón estaba celoso pero de igual manera las quería y amaba mucho, pero últimamente su mamá lo ignoraba cada vez más. Aarón corrió detrás de su hermana y mamá, saliendo del centro comercial llegaron al auto y se montaron para ir a la casa ya que todo el preparativo para la fiesta de cumpleaños de Alannys estaba en cajetas y los demás se lo traerían más tarde, ese día era 31 de agosto, al día siguiente era la gran fiesta para Alannys, que emocionada olvidaba que ninguna niña de su colegio iría, porque todas rompieron su invitación, solamente llegarían unas vecinas que eran mayorcitas que Alannys, pero que la trataban con mucha lástima y compasión, claro eran niñas de 15 años.

Cuando llegaron a la casa Aarón busco algo de comer en la nevera y la mamá solo lo miro porque ya sabía que planeaba hacer todo el día, estar en la casa del árbol, leyendo algún libro viejo de Julio Verne o alguna de sus pasquines e historietas, dibujando o jugando con su pelota de beisbol y su guante. Aarón no era esa clase de niño que se obsesiona con los videos juegos o la internet, el era diferente conseguía amigos muy fácil a pesar de no tener MSN[1] pero aun así era muy solitario para tener solo 12 años. Aarón vivía en su propio mundo de fantasías y leyendas, algunas las escribía otras solo las imaginaba y las guardaba en su cabeza.

En casa Aarón nunca entraba en la casa, solo para comer, ducharse, ver cable por televisión, dormir, estudiar, hacer tareas, menos arreglar su cuarto nunca lo usaba, pero siempre se quedaba en la casa del árbol. Su padre la había construido años antes de que naciera Aarón, terminándola en verano cuando iniciaban vacaciones. Cristian era arquitecto de barcos y de casas, era su pasión y amaba a su familia. Vivian en Chiriquí en tierras altas cerca del volcán Barú, en épocas de lluvia hacia tanto frio que era necesario usar chimenea. Pero Aarón no le importaba el frio, es más le gustaba, porque en su casa del árbol no tenía nada con que abrigarse bien. Solo se ponía un sweater grueso y un gorro de lana y así Aarón se decide a quedarse horas y días en su casa del árbol.

Aarón siempre se entristecía al ver la foto de su padre con el pescando en el pequeño bote de la familia, en el único lugar donde el tenia la foto era en la casa del árbol que su padre construyo, la casa del árbol Aarón lo llamo El Faro de Papá su predilecto escondite, tenía esa forma tan extraña que parecía un faro combinado con un barco pequeño, por dentro tenía tres pisos, el primer piso lleno de pabellones que rodeaban el árbol con pocas ramas en el centro del árbol, casi cerca de la copa se avistaban pequeñas ventanas dando a entender que es un pequeño cuarto de seguro por dentro no era más alto de un metro con cincuenta centímetros, el tercer piso, en la copa, tenía una alta chimenea con una linterna del tamaño de un abanico pedestal, también tenía un telescopio, en el segundo piso dentro de un baúl guardaba sus secretos y tesoros que más admiraba, eran todos los regalos que su padre le había dado en sus cumpleaños y navidades.

Aarón sabía que su padre personificaba a Santa Claus, es mas lo afirmaba y le decía a Alannys pero su hermana a pesar de ser inteligente le gustaba más imaginar en la realidad. Dentro del baúl tenía casi de todo un guante de béisbol que de seguro le perteneció a su abuelo con su peloto autografiada con nombres de viejos amigos de su abuelo, el abuelo de Aarón tenía cuatro amigos que se llamaban Azarías, Natán, Santiago y Zuri, le decían Zuri pero se llamaba Zurishaddai los padres de ella eran judíos-cristianos.

El abuelo de Aarón se llamaba Rafael David Castillo Aguilera y le decían Raf-Vid combinando los dos nombres. Entre otras cosas que Aarón guardaba en el baúl rustico que no era muy grande solo del tamaño de un televisor de 25 pulgadas, pero para él, el baúl era como su televisión personal, también tenía un pedazo de madera tallada en forma de barco pesquero con su nombre debajo, un mapa donde indicaba un tesoro escondido, algunas  revistas con temas de barcos de cualquier clase, varios premios de excursiones de boyscout de su padre, fotos de vacaciones familiares, sus dibujos de animales, de leones, águilas, toros hasta de ángeles guerreros, etc.

Pero un regalo en especial tenía Aarón entre sus tesoros que no guardaba en el baúl, siempre desde hacía 3 años que lo guardaba en una bolsita de nilón verde que él mismo fabrico, modifico y coció con agujas he hilos de nilón con prensado con algodón, todo del mismo color, verde, era su color favorito, aunque también el color de la piedrecilla le gustaba por igual. Las cosas que su papá le había enseñado hacer eran porque Aarón nunca se despegaba de su padre.
La piedrecilla era de color magenta cuyo centro era blanco como mármol, pero más al centro era de color rojo, tenía venitas de color rojas que terminaban desapareciendo en muy pequeñas puntas rosas. Parecía que brillaba por sí misma y en las noches tenuemente irradiaba calor al tocarla pero a una temperatura leve. Cristian la encontró en un lago en otro país, cuando se fue de viaje a vacacionar con su esposa Ruth que en aquella época estaba embarazada de Aarón  
Fue una pequeña aventura que vivió Cristian al igual que vivirá Aarón en su determinado tiempo cuando Aarón recuerde a su padre lo que le dijo en el video que Cristian grabo poco antes de morir que a escondidas Aarón miraba porque la mamá no lo dejaba, Cristian viajo a un extraño lugar sin percatarse que ocurría en aquel tiempo pero será más adelante que les cuente el inicio de esta historia. Aarón guardaba con recelo esa piedrecilla, la puso al lado de la foto de su padre. La foto que Aarón miraba siempre para no olvidar el eterno amor de su padre. Aarón recordaba las palabras que le decía su papá.

-          ¡Mi pequeño héroe!  

Aarón le gustaba correr por el patio de su casa siempre y cuando no lloviera y tampoco mucho sol.
Todas las noches antes de acostarse limpiaba la piedrecilla y la ponía al lado de la foto. Pero esa noche 31 de agosto, no se percato de que brillo el cuarzo tan intensamente que todo se veía rosado solo tardo unos segundos y abrió los ojos notando que nada pasaba los volvió a cerrar y todo estaba tranquilo.

Al día siguiente 1° de julio se levanto temprano a las 7:01 a.m. con exactitud. Bajo del árbol con su pijama de Superman de color rojo y azul con una gran S en el trasero, en vez de tenerla en el pecho.
Busco algo de desayuno que el mismo se preparo, su mamá lo encontró desayunando en un plato hondo un delicioso preparado con cereales, uvas, fresas, almendras, pasas, nueces, pedacitos de guineo y otras frutas pero secas como la piña y manzana, en sima de todo le ponía miel y gránulos de panal, la leche que se sirvió era una que se llama La Chiricana esa leche que tiene un dibujo de un baquita que se llama Chiribel.

Ruth la mamá de Aarón le dijo que hoy era el cumpleaños de su hermana que sería bueno y agradable que le sirviera uno igual antes de que bajara, pero Aarón ya se había adelantado cuando sonó una campanita del horno revelando así que tenía el plato preferido de su hermana un omelet con jamón con queso y jengibre. Aarón saco el jugo de naranja de la nevera y dos vasos uno para su mamá y para su hermana ya que la porción del omelet era grande las sirvió en dos platas planos con sus respetivos cubiertos en la mesa. La mamá de Aarón sorprendida le aplaudió diciéndole que cuando ella y su hermana terminaran de desayunar le tocaba limpiar los platos y trastos sucios. Aarón hiso una mueca y miro a su perro labrador llamado Oyetuven como si fuera su cómplice de un plan ya preparado.

Aarón al levantarse de la mesa se dirige directamente al patio y busca la manguera arrastrándola justo hasta a un balde de metal para lavar ropa, el balde tenia agua y jabón el balde lleno de burbujas era para Oyetuven, con la intención de bañarlo para no lavar los platos, ese era su plan, pero del cual él sabía que no se salvaría así busco su vagón rojo para meter los platos que eran de plásticos y los cubiertos también per de buena calidad. Ya que su intención era bañar al perro con los platos a la vez, pero sabía que era muy imprudente así busco otro balde de metal para poner los platos sucios en el balde y lavarlos.

Al buscar todo y al final ir por Oyetuven su perro labrador que era bastante joven, activo y juguetón se dejaba bañar solo por su dueño, Aarón. Al ir a la casa se topa con su hermana aun bajando por las escaleras, Alannys le dice los buenos días y Aarón la da un beso en la mejilla diciéndole feliz cumpleaños y la carga hasta la cocina donde su mamá desayunaba. Alannys conocía muy bien a su hermano, sabía que era cariñoso en los momentos en que debía serlo pero sabía también que era un celoso reprimido.

Por eso nunca entraba al cuarto de su hermano mientras que su él dormía en la casa del árbol, Alannys respetaba las cosas y hasta los ideales de su hermano. Pero lo único que se atrevía a tocar era la piedrecilla roja que fue un regalo de parte de su papá para Aarón, pero desde que Aarón la lleva consigo jamás tiene la oportunidad de verla o tocarla. La mamá al ver dicha acción de cargar acuestas sobre la espalda a Alannys se asusto un poco pero confiaba que lo hacía con buena intención solo dijo que tuviera cuidado. Aarón la sentó como pudo en la silla y le dio unos cubiertos que saco de no sé donde muy llamativos que Aarón había fabricado con madera de sequoia barnizadas con un material líquido vegetal. Los cubiertos pintados de varios colores, rojo, verde, azul y blanco, tenían grabados el sobrenombre de Alannys que era Pequeña Rosita. Alannys le gusto el regalo, ya que eso era su regalo de cumpleaños, su primer regalo del día.

Así la mañana transcurrió lleno de risas y de alegrías mientras el clima se tornaba un poco húmeda y obscura como su quisiera llover, las nubes y el viento pasaban rápido como una película que manipulan cuando quieren ver algo más adelante. Aarón recogió los últimos platos sucios y los puso en el vagón rojo apenas eran la 9:45 de la mañana, cuando salió vio una nube en forma de León blanco, pero tan enorme que parecía real. Alannys y Ruth fueron a bañarse para luego preparar todo para la fiesta. Aarón absorto en lo que contemplaba con su vagón en la entrada de la casa cuando lo interrumpe los ladridos de Oyetuven su perro labrador. Aarón corre y ve que su perro está nervioso queriéndose zafar de la correa y correr hacia una dirección que Aarón desconocía cuando lo suelta se dirige directamente a la casa del árbol. Aarón lo persigue creyendo que quería escapar ya que casi siempre se escapaba al bosque que quedaba a 10 metros de la casa del árbol.

Cuando Aarón llego a la casa del árbol vio que Oyetuven ladraba al pie del árbol, le extraño que su perro se devolvía hacia él para halarlo de la pijama y llevarlo casi empujándolo a arrastras hasta el pie del árbol como queriéndole decir que subiere. Aarón no captaba el mensaje cuando decide ver asía arriba y nota una ligera luz rosada casi roja que se irradia por una de las ventanas que está justo en el segundo piso donde el duerme y guarda su piedrecilla roja. Aarón no lo piensa y baja el elevador de madera que consistía en un sistema de poleas y cuerdas. El elevador de madera no era muy grande solo cabían un niño y otro niño o un perro del tamaño de Oyetuven. Pero Aarón al ver que su perro solo se quedaba mirándolo sin reaccionar Aarón decide subir solo. Cuando llega al cuarto ve junto al retrato de su padre la piedrecilla roja reaccionando como si fuera un faro marítimo que guía en la noche los barcos que están cerca del muelle.

Aarón estaba a punto de tocar la piedrecilla roja cuando escucha el rugido de un león pero realmente Aarón confuso se da cuenta que son los rayos que caen en la lejanía. En ese momento Aarón se voltea y mira asía afuera por la pequeña ventana para ver la tormenta que se acercaba poco a poco, era tan obscura como la boca de un lobo. Aarón al devolverse para ver la piedrecilla roja se da cuenta que ya no emitía la luz de hace un rato cuando por segunda vez que la iba agarrar escucha la voz de su mamá diciéndole que se bajara porque era probable que le caería un rayo a la casa del árbol, ya que de verdad le podría caer ya que hasta un pararrayo tenia la casa del árbol, era una casa del árbol muy moderna, por eso le había puesto El Faro de Papá.

Pero Ruth temía que se incendiara a causa de alguna chispa o que el pararrayos no funcionara correctamente. Aarón volvió a sacar la cabeza por la pequeña ventana y ve a su mamá pidiéndole casi a gritos que se bajara inmediatamente antes de que llegara la tormenta, cosa extraña ya que exactamente  hace siete años atrás una tormenta muy parecida había pasaba por ahí. Aarón le dijo – Bajare en un momento solo déjame preparar unas cosas que me quiero llevar.
Ruth le dijo a su hijo Aarón – Bueno no te demores, tu hermana subió para ayudarte a bajar los que quieras pero no te demores.
Aarón se extraño por un momento que su mamá dejara que Alannys subiera por el elevador pero cuando volvió a sacar la cabeza por la ventana pequeña, no la vio. En ese momento Alannys entraba al cuarto de Aarón y vio la piedrecilla roja en la mesita junto al retrato de su papá, Aarón la mira con recelo y le dice – ¿Por qué mamá te dejo subir a la casa del árbol?
Alannys extrañada le contesta revelando algo que Aarón le pareció lógico pero igual de extraño.
-          Mamá no sabe que estoy aquí, mamá está en la casa durmiendo.

Aarón se asusta por lo que le dice su hermana y se distrae por unos segundos cuando cree ver que Alannys iba a agarrar la piedrecilla, cuando en realidad quería ver la foto de su papá, la foto que estaba junto a la piedrecilla roja, la foto ilustraba una imagen paternal con Aarón y su padre Cristian, cuando Aarón pesco su primer pez, un pez bastante pequeño. Aarón algo molesto la agarra de la muñeca aprontándola de manera que Alannys chilla de dolor, soltando un quejido doloroso que Aarón ignoro por completo – Auuujujuju Aarón me lastimas.

Aarón molesto le dice muy seriamente con una voz autoritaria y la mirada fija en los ojos de su hermana – Esa piedra es mía y nadie más la tocara.
Alannys le responde que ella quería ver la foto de su papá, pero Aarón se dio cuenta que era verdad y le pidió perdón por lastimarla, la soltó de la muñeca y la abrazo tiernamente y le dio un beso en la mano. Alannys lo perdona enseguida y ve vibrar la piedrecilla roja en la mesita de madera expresándole Alannys a su hermano - ¿Qué es eso Aarón, que le pasa a la piedrecilla por que baila?
Cuando de repente Aarón voltea y ve que su piedrecilla esta vibrando de manera tal que comienza a flotar y girar en su propio eje. Alannys no se asusta pero le pregunta a su hermano - ¿Qué esta pasado, es magia hermanito?
Aun abrazados los dos hermanos ven como la piedrecilla roja de golpe explota en una luz blanca quedando intacta pero la onda de luz los lanza al piso quedando los dos en un profundo sueño, la piedra deja de iluminar el lugar y cae al suelo rodando hasta la mano de Aarón. La tormenta obscura de afuera aun acercándose a la casa de nuestros pequeños héroes empeoraba a cada paso que daba la tormenta obscura como si fuera el peor enemigo de un héroe valiente. En casa Ruth dormía pero su sueño se convirtió en una pesadilla en el momento que sus hijos quedaron noqueados por el profundo sueño que les produjo la luz blanca de la piedrecilla roja.

Un extraño ser que miraba la tormenta acercarse desaparece como si fuera una nube liviana absorbida por alguna extraña fuerza desconocida. Ese extraño ser tenía una capa de color verde pastel esmeralda, y su rostro como de un gato blanco con pelajes gruesos con ciertas facciones humanoides. Era alto y tenía un libro igual de color verde esmeralda que al abrirlo él desapareció al instante, dejando un paisaje sombrío a lo lejos y calmado en el área donde se encontraba parado el extraño ser.

Ruth aun dormida en su profundo sueño pronunciando los nombres de sus hijos, tumba un vaso con agua y una porta retrato que estaba en la mesita de noche. Todo eso cae al suelo sin hacer ruido y sin romperse al caer en la alfombra. Era la foto de Cristian y Ruth de cuando habían viajado a Australia, para vacacionar  casi faltando 4 meses para que naciera Aarón pero en la foto se notaban dos cosas importantes, el embarazo de Ruth y un collar algo peculiar, la piedrecilla roja. Cristian le había regalo ese collar con la piedrecilla roja poco después que se la encontró en un lago. Recuerdos que venían a los sueños de Ruth que sin duda se mesclaban con la pesadilla.
Aarón y Alannys yacían en el suelo y sus cuerpos cada vez más se opacaban como si fueran a desaparecer o como si se volvieran invisibles. Cuando en menos de un minuto sus cuerpos desaparecían sin dejar rastro alguno.















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